martes, 8 de noviembre de 2011

Mis botas de ganar


Me han comprado unas botas nuevas. Son amarillas y brillantes. Me puedo meter en los charcos y no me mojo los pies. Cuando llegué al cole, se las enseñé a Rania, y ella dijo: ¡Qué chulas! Le conté que son de la tienda donde hay un lorito en la puerta.
En el recreo, estuve jugando al pilla-pilla. Con mis botas corro mucho y siempre me salvo. Pero hay un niño que me tira del pelo y así gana él. Le di una patada con la bota, pero no me soltó. Entonces lloré, por eso Rania se puso conmigo en el comedor.
Yo tardo mucho en comer. Dice la seño que es porque me distraigo con una mosca, aunque no he visto a la mosca por allí. Rania, que es mi amiga, me ha enseñado un truco para ganar: hay que llenar la cuchara, comer, y antes de tragar, se vuelve a llenar la cuchara para que esté lista y así vas muy rápido y terminas la primera.
Voy a emplear mi truco con el niño del recreo. Si me vuelve a tirar del pelo, le doy una patada con mi bota y tendré listo el otro pie por si no me suelta y quiere ganar.