viernes, 21 de octubre de 2011

Entre algodones

Hemos puesto dos lentejas en un vasito de yogur y las hemos tapado con un algodón mojado. Dice mamá que en unos días saldrán las plantitas. Mientras se lo contaba a la abuela se me escapó un eructillo.
-Abuela ¿de donde vienen los eructillos?
-Pues resulta que un poquito de aire sube por un tubito que tenemos dentro y sale por la boca.
Le dije a la abuela que quería ver ese tubito y ella enchufó el ordenador y me lo enseñó. El cuerpo por dentro es muy feo, por eso está por dentro, para que no se vea. También me enseñó el corazón y los caminitos de la sangre.
-¿Qué es esto, abuela?
-Eso es el estómago, donde llega la comida.
-Entonces, si como lentejas pasan por aquí…, por aquí…, por aquí.., y llegan al estómago ¿no?
-Sí.
-¿Y luego me crece una plantita?
-No.
-¿Por qué? ¿Porque no tengo algodones dentro?
La abuela me abrazó y me dijo que me iba a leer un cuento que había escrito, a ver si me gustaba. Me puse el cojín en la espalda y coloqué mis plantitas de lentejas a un lado de la cama, para que ellas también lo escucharan. La abuela me leyó una página, pero era cuento muy raro, porque hablaba de una lenteja que hablaba. Entonces, miré a la abuela y arrugué la nariz: “A mí no me gustaba ese cuento”. Y como ella se quedó muy seria, para que no se pusiera triste, le dije: “Abuela, otro día me lo leyes”.

5 comentarios:

  1. Que tierno.Me ha encantado el relato.

    Un beso para Aroa.

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  2. Habrá que cambiarle el cuento porque éste de las lentejas no le gusta. Es que a las lentejas cuesta mucho tiempo encontrarles el gusto, jejeje
    Precioso cuento

    Un abrazo

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  3. Amanda, otro beso de Aroa para ti.
    Gracias por tu visita.

    Jose Vte, creo que sí, que no todos los cuentos cuentan, je, je.

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  4. :)
    Qué dulzura esa inocencia...
    Mira que escribes bien.
    Besos.

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  5. Zarzamora, es que lo tengo muy fácil con el personaje a todas horas revoloteando por aquí.
    Muchas gracias por tus palabras, me llegan como un soplo con guiñe.
    Besos.

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