viernes, 2 de septiembre de 2011

El cumpleaños de papá

Ha sido el cumpleaños de mi papá y han venido los abuelos de Cóoordoba, los titos de Cóoordoba, Marcio y mucha gente más. Le han traído regalos: una caña de pescar, unos guantes para la moto y una linterna para que vigile los peces. Los peces se comen porque están muertos, pero los de la pecera, no.


Yo, como no tengo dinero, me he pintado una carita sonriente en la mano, para regalársela a papá y que vea que me voy a portar bien.


Cuando alguien se porta bien, hay que regalarle una carita sonriente; cuando se porta mal, no. Pero, como todos han sido muy buenos con mi papá y se han comido la tarta de cumpleaños, les he pintado caritas con el ´rotu´ por todas partes.


Y como los mayores, en los cumpleaños, se ponen a hablar de cosas que yo no entiendo, me fui a buscar a mi perro para contarle el cuento de la niña que le pintaba caritas a la gente. Lo hemos pasado tan bien, que los dos nos hemos hecho pipí dentro de su casita de perro, y papá no nos ha reñido, porque los papás nunca riñen en su cumpleaños.

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