viernes, 2 de septiembre de 2011

Los cuentos prestados

En la clase, he colgado mi mochila en la percha y me he sentado en la alfombra, hasta que lleguen todos los niños. Marcos se había traído un Superman. Le dije que si me lo prestaba le contaba el cuento que traía en mi cabeza; y dijo que sí.


El cuento era de una “sapa” que vivía en un charco, y un niño se la llevó en una caja. Y ella gritaba: socorro, socorro…. También aparece el lobo, porque si no aparece el lobo, los cuentos son muy aburridos. Al final, “la sapa” se escapa, cruza la calle por el paso de “pegatones” y vuelve a su casa. Y su mamá le riñe por moverse del charco cuando ella estaba comprando. A Marcos le ha gustado mi cuento, porque se ha reído. Pero a mí no me ha gustado su muñeco Superman; lo sientas en el suelo y se queda ahí quieto, sin hacer nada.


La seño nos ha entregado una ficha. Hay que colorearla sin salirse. Luego, ella las recoge, les da unos golpecitos en la mesa para ponerlas bien y las va mirando todas, mientras nosotros guardamos los lápices. Cuando salimos Marcos me dijo que le devolviera su Superman, y yo le dije que, vale, pero que él también me devolviera mi cuento.

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