viernes, 2 de septiembre de 2011

Pobre otoño

¾Abuela, ¿tú sabes que el otoño siempre llega tarde a ver las hojas?

¾Vaya, pobre otoño…

¾El hombre del cole barre las hojas del patio, las mete en una bolsa y se las lleva a la basura; por eso el otoño se pone triste.

¾Claro.

¾¿A ti te gusta el otoño, abuela?

¾Sí, aunque me gusta más la primavera.

¾¿Por qué?

¾Porque viene el sol, juega con las flores y las hace crecer.

¾El sol es bueno ¿verdad?...

¾Sí, muy bueno.

¾¿Y al sol le gustan los cuentos?

¾Mucho.

¾Pues yo sé uno de un zorro, un lobo y una tortuga que se fueron al cine, y como la tortuga era muy pequeña y no veía se puso de sombrero, y cuando venga el sol se lo cuento.

¾Muy bien.

¾Abuela…, pregúntame si te he traído una ´sompresa´.

¾¿Me has traído una sorpresa?

¾Sí, mira… (saca algo del bolsillo). He salvado una hoja de la basura.

¾Vaya. Qué bonita es... Se la vamos a guardar al otoño para que la vea…

¾¿Por qué no le contamos un cuento a la hoja?

¾Claro que sí, mi tesoro. Ven, que te voy a rascar un poquito la espalda mientras inventamos un precioso cuento para esa hojita.

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