En el Pingüinario de Hielo de Selwo Marina, donde trabaja mi madre, nació a finales de junio un pingüino Rey. Ella me ha contado que es muy bonito y que podré verlo cuando cumpla cuatro meses y se incorpore al resto de pingüinos. Hasta hace poco, los únicos animalitos que yo conocía, además de los perros y los gatos, eran las gallinas, los patos, los conejos y los pavos reales; los veo por las tardes cuando voy al parque de
Yo creo que los delfines ya me conocen, porque cuando les tiro besos ellos saltan del agua haciendo piruetas en el aire; luego van hasta sus cuidadores en busca de caricias.
Ya me voy enterando de cómo funciona el mundo y todas las cosas bonitas que hay en él. Por ejemplo, me gusta mucho la luna, que es una pegatina blanca que hay en el cielo y que se llama “Luna”. Y las estrellas, que son como las de la sopa pero con brillo. También, me gustan las flores, aunque todavía no distingo bien los colores, pero huelen muy bien. Y los árboles, que saludan moviendo sus ramas. Lo que más me gustan son las hormigas. Las dejo pasear por mis brazos para que me hagan cosquillas y luego las llevo hasta el hormiguero para que vuelvan con su mamá. También hay cosas que no me gustan, claro, como esos bichitos que se cuelan por mi ventana y me pican en las piernas. Tampoco me gustan algunas medicinas que saben a rayos.
Por cierto, esta mañana, mi padre se ha dedicado a buscarme guardería para el invierno. Dice que ya tengo que empezar a ir al colegio para aprender las letras, como el pez que vimos en la pecera, que movía la boca diciendo: O-A, O- A. Los peces son muy listos, como yo.
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