Hacer trastadas es sacar la goma del pelo y liártela en el dedo hasta que se te ponga morado. Y luego gritar: ¡Mamá!
Hacer trastadas es ponerte en el brazo del sillón con la cabeza hacia abajo, levantar las piernas y antes de pegarte el cabezazo, gritar: ¡Mamá!
Hacer trastadas es abrir una pinza de la ropa y pillarte el labio. Y cuando ya te duela mucho y no puedas aguantar, gritar: ¡Mamá!
También es una trastada vaciar el bote de colonia en el suelo, quitarte los zapatos y saltar en el charco para que te huelan bien los pies. Si te escuecen, puedes gritar: ¡Mamá!
La tita Vero trabaja en un hospital de animales y me ha llevado a ver a
:)
ResponderEliminarLo bueno de las trastadas es que siempre se acaba gritando Mamá. Y ahí estamos para echarles un cable siempre.
Besos.